René Robert: el fotógrafo al que lo mató la indiferencia

rené robert en un retrato publicado por su amigo Michel Mompontet
René Robert en un retrato compartido en Twitter/X por su amigo, el periodista Michel Mompontet.

Nadie sabe bien cómo fue la caída. Si se tropezó en el frío piso del invierno en París o se descompensó. En su cabeza fría, se sabría después, había un traumatismo craneoencefálico. Durante las más de 9 horas que el fotógrafo René Robert estuvo tirado en el piso, la hipotermia avanzó implacable por su organismo.

Las bajas temperaturas de aquella noche del 19 de enero de 2024 quizá podía ser soportadas por una persona joven, pero René Robert tenía ya 85 años. Su amigo, el periodista francés Michel Mompontet se conmovió con la indiferencia. «Durante nueve horas ningún transeúnte se detuvo a ver por qué este señor estaba tirado en la acera» escribió 5 días después del hecho en su cuenta de Twitter (hoy X).

En ese lapso de tiempo, la temperatura promedió los 4,2° Celsius. Cercano al suelo, el cuerpo de René Robert probablemente perdió calor corporal rápidamente debido contacto directo con el frío del suelo y la falta de movimiento. En algún momento puede haber experimentado escalofríos y confusión, además de pérdida de coordinación. El organismo intentando conservar el calor. Pero su cuerpo lo siguió perdiendo, al igual que su capacidad de buscar ayuda.

Cuando la temperatura corporal bajó de los 30°C, se detonó un estado crítico. Las funciones metabólicas del fotógrafo franco-suizo se desaceleraron y la respiración se volvió más superficial. En este punto, el corazón puede comenzar a fallar. A las 6:30 de la mañana del 20 de enero, cuando los equipos de emergencia acudieron a ayudar a René Robert, alertados por una persona sin hogar, la exposición prolongada al frío había hecho añicos sus sistemas cardiovascular y respiratorio. Su traslado al hospital público de Cochin no hizo diferencia alguna. El famoso fotógrafo del flamenco, René Robert, había fallecido por una hipotermia extrema y evitable. Pero no era la única culpable. Su cómplice, la indiferencia social, había actuado nuevamente.

Un mundo de indiferencia

«A René Robert, asesinado en plena calle en París por la indiferencia de los transeúntes» dijo Michel Mompontet días después en la televisión francesa, al presentar su homenaje al artista. «Lo que dice este tráfico final de nuestro comportamiento y nuestra solidaridad es algo totalmente espantoso» continuó en Twitter/X.

La indiferencia social pareciera ser un fenómeno cada vez más prevalente en la sociedad contemporánea, en donde quizá la velocidad característica de la actualidad, los problemas personales o la desconexión con el entorno están llevando a las personas a ignorar a sus conciudadanos.

Falta de interés y preocupación por las necesidades y sufrimientos ajenos. Así se podría definir la «indiferencia social». Es una forma de desconexión emocional en donde las interacciones entre los individuos de determinada sociedad se vuelven superficiales, carentes de empatía y faltas de atención. En contextos así, el desarrollo saludable de las relaciones humanas se ve fuertemente afectado.

En las grandes ciudades se hace más notorio. La sobrepoblación de algunos centros urbanos, sobre todo en regiones subdesarrolladas como América Latina, África o algunas zonas de Asia, pone en evidencia que lo que al ser humano incomoda, es mejor obviarlo. Sociológicamente, se da en grandes multitudes un sentido de anonimato que lleva a algunos individuos a evitar establecer vínculos significativos.

La única persona que se preocupó, tarde -muy tarde-, por la situación de René Robert fue una persona en situación de calle. Entrevistada posteriormente, la mujer, Fabienne, diría al sitio RTL que «hasta te pueden atacar, sacar a rastras. Nadie está ayudando a nadie». Quizá los transeúntes de aquella calle pensaron que René Robert era un vagabundo. Parece paradójico que Fabienne, una persona que probablemente sufre esa indiferencia social diariamente haya sido quien llamó a los servicios de emergencia.

Esta apatía pareciera fomentarse, además de por el ritmo vertiginoso de la vida moderna, a través de las nuevas tecnologías de comunicación. Aunque facilitan la conexión, también habilitan interacciones superficiales que no pueden satisfacer las complejas y profundas necesidades emocionales de los seres humanos.

La trágica muerte de un renombrado fotógrafo, luego de una lenta agonía en una fría calle de París, se transforma en un ejemplo revelador de la indiferencia social, que socava los cimientos de la vida comunitaria. Esta historia revela que tanto nuestras acciones, como la falta de ellas, tienen repercusiones en la vida de los demás.

Retratista del flamenco

René Robert nació en Friburgo, Suiza, el 4 de marzo de 1936. Su primer acercamiento a la fotografía fue por causa de un amigo, a los 12 años de edad. Aunque mostraba un gran entusiasmo por esta disciplina, su padre se negó a costear su educación. A pesar de esto, buscó la forma de avanzar en su pasión como aprendiz de un fotógrafo en la ciudad suiza de Lausana, donde estuvo 3 años. Luego se trasladó a Ginebra, también en Suiza, para trabajar en una agencia de prensa, pero su interés no estaba en el fotoperiodismo, por lo que decide mudarse a París.

En la «ciudad de las luces», René Robert conocería a una mujer sueca aficionada al flamenco que lo introdujo en este arte. A partir de los años 50, comenzó a tomar recordadas fotografías de artistas del género. Retratos que transmitían el aura majestuosa y misteriosa de los bailarines de este género musical andaluz, generalmente en blanco y negro.

Merche Esmeralda en La Unión 1971 - Foto: René Robert
Merche Esmeralda en La Unión 1971 – Foto: René Robert

Al primero que retrató fue a Manolo Marín en 1967 y desde ahí pudo tener frente a su lente a leyendas del género como Paco de Lucia, Camarón de la Isla, Merche Esmeralda, Agujetas, El Chocolate, Chano Lobato y El Torta, entre muchos más. 287 artistas en total, algunos varias veces. Publicó la mayoría de estas imágenes en tres libros: Flamenco (1993), La Râge et la Grace: Les Flamencos (2001) y Flamenco attitudes (2003). Pocos años antes de su muerte, donó 593 fotografías de flamencos a la Biblioteca Nacional de Francia para su preservación histórica.

«A menudo se le veía esperando a los artistas en la salida de los conciertos para entregarles fotos que había sacado de ellos en un anterior espectáculo, escrupulosamente envueltas en cartulinas. Era su manera de darles las gracias«, escribió algunos días después María Cristina Reverte en la revista digital Contexto y Acción.

En un artículo que Mompontet escribió en el sitio web de la revista Deflamenco, recordó que el fotógrafo nunca consiguió hablar bien el español, pero que había aportado profundamente a la preservación de la cultura flamenca.»Si se pudiera comparar su trabajo al de un pintor, sería sin duda a Caravaggio, el retratista italiano que pintó hasta el extremo las penas y las tragedias humanas», escribió.

René Robert escribió, en el prólogo de su libro La Râge et la Grace: Les Flamencos sobre la fotografía y su trabajo: «Una de las cualidades más emocionantes de la fotografía es evidentemente la de fijar lo efímero, permitir detallar lo fugaz, el estado de gracia, la rabiosa vitalidad. Si estas imágenes lo consiguen, quiero esperar que harán olvidar su mutismo y su inmovilidad para sólo servir a dar las gracias a todos los flamencos por los momentos de entusiasmo, humanos e intensos que nos regalan». 

El trabajo de un fotógrafo tan apasionado y talentoso como René Robert no está destinado al olvido, sino a una preservación constante de la fuerza de la fotografía. Su muerte, en cambio, nos habla de una sociedad que pareciera, cada vez más, consumirse en el individualismo y la apatía. Las imágenes de Robert sin duda son una inspiración para quienes trabajamos en fotografía. Si quieres saber más de mi trabajo fotográfico en Lente y Encuadre o contratar servicios de fotografía, puedes visitarme aquí o en mi Instagram.

Puedes leer más sobre la vida y obra de René Robert en:
El fotógrafo René Robert murió de frío en una de las calles más transitadas de París – La Nación Argentina
Un pequeño gran hombre – ctxt Contecto y Acción
Adiós al fotógrafo flamenco René Robert – DeFlamenco

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *