«Restricción de las fluctuaciones de la mente». Así define el sabio Patanjali al yoga en el segundo de sus Yoga Sutras, una de las obras más influyentes en la filosofía de esta ciencia: «Chitta Vritti Nirodhah«.
La interpretación más consensuada de esta frase hace referencia a la capacidad de controlar las perturbaciones del pensamiento que afectan constantemente la percepción del ser humano y, en consecuencia, su experiencia de la realidad.
«Nirodha» significa restricción o supresión. En el contexto del yoga, este es un estado que habilita el silencio interior necesario para aprovechar la meditación como un vehículo hacia el autoconocimiento.
Por otro lado, «chitta» es una palabra que abarca a la consciencia. B.K.S Iyengar, en su libro «La luz del Yoga», dice que «la palabra chitta denota la mente, en su sentido total o colectivo» y la divide en 3 categorías distintas:
a) Mente («manas«) como la mente individual que posee las facultades de atención, selección y rechazo. Puede identificarse con la indecisión y la oscilación propias de la mente humana.
b) Inteligencia o razón («buddhi»), que es la capacidad de discernimiento del ser humano, el «estado decisivo que determina la distinción entre las cosas».
c) Ego («ahamkara«), el «artífice del yo, el estado que certifica que ‘yo sé'».
Finalmente «vritti«, que viene de la raíz sánscrita vrt, significa «dar vueltas, girar, rodar», por lo que se entiende que este concepto implica las fluctuaciones o modificaciones que experimenta la mente mediante pensamientos, emociones y estados de ánimo al que los seres humanos no podemos escapar.
Este termino, además de ser un objetivo propio dentro de la práctica del yoga, implica una estructura filosófica en cómo se entiende la mente en la tradición oriental. Para la autorrealización, es clave tomar consciencia de las fluctuaciones mentales y aprender a manejarlas de manera efectiva, sobre todo a través de la meditación.
Patanjali y la autorrealización
Para el sabio Patanjali, el concepto de «Chitta Vritti Nirodhah» es central en la filosofía del yoga e incluso, mucho más fundamental que cualquier práctica física. Está más ligado con la meditación. Es importante recordar que, en sus Yoga Sutras, solo les dedica tres versos, el 1,5% de los 196 que lo componen.
En el otro 98% su atención se dirige a explicar al yoga como un sistema filosófico, pero por sobre todo, como un método de autorrealización que necesita de una consciencia de los mecanismos de la mente, para poder trascenderlos y no dejarse dirigir por ellos. De los Sutras, se interpreta que las interacciones que tenemos en el mundo como seres humanos están constantemente influidas por las «modificaciones mentales», llámense pensamientos, emociones y percepciones. El yoga, sobre todo a través de la meditación, es una herramienta para alcanzar un estado de claridad mental y control emocional que permita ser un buen integrante del mundo.
Las modificaciones naturales de la mente («chitta»), según Patanjali, son 5: pramana (el modelo o ideal), Viparyaya (paradigma o idea errónea tras un estudio inadecuado), Vikalpa (las fantasías o imaginaciones apoyadas solo por las palabras, sin base real), Nidra (los sueños, buenos y malos) y Smriti (los recuerdos aprisionadores que viven en la memoria). Hay que ver cada una de estas modificaciones como distracciones que, si bien útiles en casos necesarios, nos alejan de una comprensión profunda de nuestra esencia, a través, principalmente de la meditación. La práctica del yoga se puede entender, sobre todo en sus vertientes meditativas, como la transformación y limitación de estas modificaciones mentales.
Para lograr estos objetivos, no hay herramienta más poderosa que la meditación, que promueve a un observador interno que solo mira el flujo constante de pensamientos, sin sentir apegos. El ejercicio constante de observar estos estados mentales, sin reaccionar, permite desarrollar condiciones para la paz interna y una experiencia satisfactoria en el mundo. Cuando esta práctica se sofistica y desarrolla, el yogui o yoguini siente un mayor bienestar y sentido de conexión con la esencia de lo que somos realmente.
Como si fuese una guía que nos toma cariñosamente de la mano, una meditación basada en «Chitta Vritti Nirodhah» nos lleva hacia el autoconocimiento y la tranquilidad mental, basándose en la naturaleza impermanente de los pensamientos.
El enfoque de B.K.S. Iyengar
El maestro B.K.S. Iyengar, uno de los más influyentes difundidores del yoga a nivel mundial, explica en su libro «La luz del Yoga», que la restricción o supresión de las fluctuaciones de la mente a la que se refiere Patanjali (meditación o Dhyana) debe ser complementada, con una adecuada respiración (Pranayama) y la práctica de posturas físicas (asana).
La práctica, en su consideración, debe ser regular y disciplinada y abordar tanto el cuerpo, a través de las asanas, así como el espíritu y la mente a través de la meditación. Solo así se puede conseguir el control de las oscilaciones mentales.
La limitación de las fluctuaciones mentales permiten que los adeptos y adeptas al yoga experimenten una mayor conexión entre el cuerpo y la mente, fortaleciendo habilidades cognitivas muy útiles, como la concentración y la atención. Es ya de público conocimiento las perturbaciones a las que están sometidas estas capacidades en la mente del humano contemporáneo.
Yoga para el día a día
En un mundo cada vez más caótico y en donde la mente debe ser capaz de procesar nuevas situaciones de manera efectiva casi sin cesar, el concepto de «Chitta Vritti Nirodhah», como una forma de controlar las fluctuaciones o perturbaciones de la mente, puede ser muy útil. Todo los desafíos cotidianos pueden ser afrontados de manera distinta al aquietar la mente, lo que calma las corrientes internas. El resultado es una mayor concentración y claridad mental.
El «mindfulness«, un concepto más moderno pero también enraizado en métodos de meditación oriental, es otra corriente que no necesariamente involucra toda la práctica que propone el yoga que pero que puede ser una considerable alternativa. Este consiste en tratar de estar completamente presente en el momento actual, observando los pensamientos y emociones, sin juzgarlos. Se ha comprobado por distintos estudios que esta atención plena, aplicada en actividades cotidianas como comer o caminar, tiene beneficios concretos, como reducir la rumiación mental y los pensamientos intrusivos.
Así, el yoga ofrece un sistema holístico para calmar la mente y generar una mayor conexión entre ella y el cuerpo, a través de mecanismos como las asanas, el pranayama (técnicas de respiración) y la meditación. Un buen objetivo de vida es cultivar una mente tranquila, que sea una aliada en un estilo de vida beneficioso para nosotros y para nuestras relaciones interpersonales, para así interactuar con más calma, empatía y comprensión hacia los demás.
La inclusión de todos los elementos del yoga, no solo del aspecto físico, asegura una comprensión más consciente de la naturaleza humana. Es una práctica que, hecha con consistencia, inevitablemente trae un bienestar que hoy en día se hace escaso. En mi propia práctica lo he sentido así. Si quieres practicar, en línea desde tu casa o en clases presenciales, te invito a visitarme visitarme aquí o en mi Instagram.
Puedes encontrar más información en:
Chitta: The Yogic Encyclopedia – Ananda
Yoga Sutra 1.2: Yogas Citta Vritti Nirodhah – Yogarenew
2.46 Postura estable y feliz – simple yoga